Yo estoy aquí. Tú estás aquí. Es un encuentro muy significativo.
Confío en que dentro de poco nos estaremos re-encontrando.
Seguramente es este tu momento de experimentar
la alegría de vivir con Reiki en las manos todo el día,
y re-crear tu vida de una forma más sana, más plena, más feliz.

domingo, 7 de diciembre de 2008

Sólo por hoy soy agradecido


El Maestro Arjava Petter traduce este precepto del doctor Usui como “demuestra aprecio”. Hawayo Takata lo expandió para que exprese: “valúa tus bendiciones, honra a tus padres, maestros y vecinos, e ingiere tu alimento con gratitud”. Todas las interpretaciones se entrelazan y tienen en común la capacidad de ascender hacia nuestros impulsos más elevados


A lo largo de nuestra existencia, nuestros padres, los mayores de nuestra familia, y quienes fueron nuestros educadores, procuraron indicarnos el camino correcto y, al mismo tiempo, nos ayudaron a discernir la diferencia entre lo apropiado y lo aberrante. Todo ello incidió en la consolidación de nuestra identidad.
Este principio no se refiere apenas a sanar tu relación con tus padres, maestros y mayores, sino también a sanar las actitudes que has desarrollado a causa de tus experiencias con tus padres, maestros y mayores. Las actitudes que tienes hacia tus padres brotarán una y otra vez en tu vida cuando estés con alguien que te los recuerda o que asume una especie de papel paternal en tu vida.
Los maestros representan tus actitudes hacia el aprendizaje y también el enseñar a otros. Representan tus actitudes hacia gente que puede haber escrito un libro, dado clases o apenas transmitido percepciones y consejos que pueden servirte de ayuda. Si te resiente este tipo de gente, perderás en tu vida una valiosa ayuda.
Los mayores representan tus actitudes hacia la gente de autoridad en la sociedad o que trabaja para asegurar el funcionamiento homogéneo de la sociedad, como policías, inspectores de tránsito, guardianes, asistentes sociales y burócratas. Si resentimiento o tu resistencia a tal gente, siempre te encontrarás chocando con ellas. Los mayores representan también todos aquellos mensajes que te asignas conteniendo palabras como: debo o no debo; tendría o no tendría; ¿Qué pensará mi madre (o padre, vecino, marido, esposa, hijo)?; y tengo que. Estas palabras crean culpa, inhibiciones o rebelión. A medida que utilices este principio diariamente te descubrirás volviéndote consciente de las veces que dices “yo debo” o “yo tendría”, y menos irritado por tus padres, maestros y los hacedores de reglas de la sociedad.
En algún momento, cada uno de nosotros, ya sea con amigos, seres queridos, o los propios hijos, estará en condición de reeditar las enseñanzas recibidas del pasado. La vida es un circuito donde se da y se recibe ilimitadamente. El contacto permanente con nuestros fundamentos “honorables” contribuye a la elevación de nuestras relaciones. Pues la calidad de nuestros nexos y la calidad de nuestro ser bordan sin cesar el sentido de la vida.
Los individuos excesivamente centrados en formas egoístas de vida, suelen suponer que sus grandes conquistas son una especie de “derecho adquirido”. Y cuando las cosas no se presentan bajo tal signo, se sienten traicionados por la existencia y de inmediato suelen ponerse hostiles con las personas más allegadas. Reiki es una escuela de humildad.
Y cuando el doctor Usui resaltó este precepto, quería manifestarles a sus alumnos que la vida es un don que no esperábamos y en todo momento debemos manifestar algarabía por semejante dádiva del universo.
Pero no basta pensarlo. El gesto comprensivo, el halago al ser querido o al compañero de trabajo cuando se recibe apoyo, el agradecimiento cuando alguien nos enseña algo, la resolución de un dilema: todo ello debe invitarnos a que hagamos resonar en nuestras almas un canto de retribución. Una palmada en el hombro, una flor o una sonrisa bastan a veces como expresión de agradecimiento
En tiempos de convulsión social, no hay que temer ser tomado por idiota (o ser considerado “débil”) por ejercer tal suavidad de conducta. La vida es un festival, no una batalla. Y cuando alrededor todo parezca estallar, hay que abstenerse de sumarse al estrépito, mediante un prolijo silencio.
La energía vital universal no se confunde jamás. Y la experiencia del reikista le brinda múltiples testimonios de la afinación que existe a nivel universal. Los conflictos interpersonales y los trastornos somáticos son consecuencia de las “desafinaciones” personales. Estar vivo es una bendición de las potencialidades infinitas que sin cesar hacen que el cosmos sea una especie de danza celebratoria de la transparencia.
Agradecer, “dar gracias”, no es algo que se practica como reconocimiento de algo que hemos recibido de otra persona. Cuando se “da Reiki”, se está agradeciendo el don imponderable de la sabiduría celestial. Independientemente del nombre que cada cual utilice para identificarla.
Así como “ser compasivo” no es apenas tener actitudes de bondad y tolerancia hacia alguien, sino mantener encendida en el alma una llama constante de elevación vivencial, así el agradecimiento es un estado de armonización constante. Se agradece el alimento, el aire, la luz, la inocencia, la piedad, el amor, la lealtad. Simplemente, por medio de una plegaria interior: “gracias, oh gracias por brindarme este privilegio”.
Es más profundo y valioso el agradecimiento invisible y silencioso que el más pulido de los discursos mundanos.


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