Yo estoy aquí. Tú estás aquí. Es un encuentro muy significativo.
Confío en que dentro de poco nos estaremos re-encontrando.
Seguramente es este tu momento de experimentar
la alegría de vivir con Reiki en las manos todo el día,
y re-crear tu vida de una forma más sana, más plena, más feliz.

martes, 25 de noviembre de 2008

Sólo por hoy trabajo con ahínco


Poner en práctica lo que se ha estudiado y aprendido, y las lecciones que surgen de nuestra vida familiar, escolar y social, es un requisito básico para hacer que la propia existencia sea sinónimo de artesanía. Dado que abundan en nuestra experiencia situaciones de gran exigencia, es justo ahí que se verifica la solidez o la precariedad de lo que enunciamos en momentos de holgura.


La iconografía budista que inspiró este precepto permite, sin duda, otras interpretaciones. De ahí que el mismo aparezca traducido en Estados Unidos como “gánate la vida honestamente”, pues en tal caso incidió en gran medida la tradición puritana protestante. Lo importante es prestar atención al fondo, no a los matices circunstanciales.
Y es entonces que debemos advertir que no todo se sujeta a las realidades del mundo material, sino que es menester tomar en cuenta los vericuetos de la órbita espiritual. Por eso, también se traduce este principio como “poner honestamente en práctica lo que se aprendió”. Lo cual es una faena inequívocamente ardua.
Convertir las palabras en acciones, y modelar incesantemente nuestra presencia en el mundo, es la tarea “dura” resaltada en este caso. No hay coartadas ni evasiones posibles. Y toda vez que relajamos la disciplina es que se produce lo que llamamos “fracaso”, pues fuimos indolentes o perezosos.
No hay cosecha sin esfuerzo. No hay resultados sin trabajo previo. No hay luz si se cultiva la tiniebla.
La admonición del doctor Usui enfatiza esta tarea. Se trata de una labor de toda la vida. Las “cicatrices” emocionales son resultado de una desafinación en tal terreno: la persona trata a su arcilla como mármol y viceversa. Así, grabamos mamarrachos en la piedra y esperamos que la arcilla actúe como cimiento de nuestro edificio vivencial. Trabajar “duro” no quiere decir “sacrificio”, significa determinación y prolijidad.
Todo lo que se hace, dice y piensa, debe ser refinado como si se tratara de una obra de arte. Vivir es la experiencia artística suprema. La situación de sintonía universal donde todo es posible en proporción directa a nuestras iniciativas consciente.
Aplicar y recibir Reiki es algo que debe ser parte de nuestra vida cotidiana en todo momento, no apenas cuando hay afecciones o molestias. Nos corresponde prestar atención, refinadamente, a cada faceta del acto de vivir.
La vida personal es como una escultura.La práctica Reiki es como el acto de tallar la roca, paso a paso, minuto a minuto, siempre. Para el logro de la plenitud no hay atajos ni fórmulas mágicas. El “sí mismo” es un territorio que nunca se termina de conocer, porque no somos rígidos como una roca sino maleables como las aguas del mar. Podemos ser un tifón destructivo, o una ola estimulante. La elección es siempre nuestra.

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