Yo estoy aquí. Tú estás aquí. Es un encuentro muy significativo.
Confío en que dentro de poco nos estaremos re-encontrando.
Seguramente es este tu momento de experimentar
la alegría de vivir con Reiki en las manos todo el día,
y re-crear tu vida de una forma más sana, más plena, más feliz.

jueves, 20 de noviembre de 2008

Sólo por hoy no me preocupo


Las preocupaciones son un lastre, un peso muerto que impide que nos remontemos hacia estados más compensadores de la existencia. En general, surgen de nuestro accionar en el mundo material, del trabajo y de todo lo que se refiere a nuestra posición económica. Pueden existir, claro está, pesares conectados con los afectos, los estudios o las crisis político-sociales.


Solemos aferrarnos a causas perdidas, a situaciones que resulta imposible modificar, a la imposible tarea de organizar las actitudes de los demás, en vez de centrar nuestras energías en hacer fructificar los sectores fértiles de nuestra realidad personal y convivencial.

La ansiedad, la aflicción o la angustia son males que en la era moderna se multiplicaron de modo inconmensurable. (Atención: una cosa es la inquietud que genera anhelos de equilibrio o de plenitud, y otra cosa es la pesadumbre que traba cualquier iniciativa de evolución). Hay una gran diferencia entre el “preocuparse” como una forma de la angustia desgastante, y el “pre-ocuparse” en estar siempre a tono con las exigencias de la vida en común.

Cualquier evento complicado nos pega porque somos criaturas sensibles, pero si uno se ha ocupado de tener en orden su jardín emocional, no corre peligro de que lo vandalicen las plagas. Reiki es un camino de libertad y de plenitud. Pre-ocúpate: nadie hará lo que tendrías que hacer.

No es saludable obsesionarse por las dificultades que nos acometen. Los inconvenientes son una especie de escuela de vida, aparecen para desafiarnos en el interminable camino de la existencia para que no erremos el rumbo.

Somos seres dinámicos: Cuanta más resistencia oponemos a los cambios que nos permiten crecer, más intimidante parece volverse la vida. Quien practica Reiki confía en la energía universal, y aprende a fluir con ella.

Un modo de manejar la ira o la preocupación es volverse primero consciente de cualquier tensión o estrés en tu cuerpo cuando te preocupas o te enojas, coloca luego tus manos donde sientas dolor o incomodidad, para que Reiki fluya hacia esa área. Luego repite los cinco principios Reiki para ti mismo hasta que se diluya la respuesta de tu cuerpo a la preocupación o a la ira.

La práctica de Reiki puede volverse un espejo en el cual los problemas se muestran del revés: dan la imagen de su raíz conflictiva para que no nos convirtamos en un eco de ella. Que es el modo en que los “problemas” lucen como insolubles.

En Reiki, este principio es a veces colocado en primer término, reflejando la creencia de la señora Takata de que los occidentales están motivados predominantemente por el dinero. La preocupación parece alejar la abundancia de la vida de una persona. Deja de preocuparte y la abundancia retorna. No permitir que la preocupación emerja requiere una gran cantidad de atención y cuidado.

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